Luciano Lamberti

El loro que podía adivinar el futuro

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  • Diana Pérez Gonzálezciteerde uit4 jaar geleden
    El oso contempló la mesa poblada de platos humeantes y empezó a llorar.
    Lloró cubriéndose la cara, con grandes inspiraciones, como sólo puede llorar un oso.
  • Diana Pérez Gonzálezciteerde uit4 jaar geleden
    Están obsesionados con el mar, decían, tienen un complejo de pérdida en relación al mar, lloran cubriéndose la cara con las manos y sienten que el mar los habita y que con sólo cerrar los ojos pueden volver a él.
  • R Güemesciteerde uit4 jaar geleden
    —Estoy orgulloso de no necesitar los viajes —dijo Koifman. —De poder disfrutar la vida sin ellos. De amar este planeta, y a mis amigos, y a mis padres. Me siento mejor como persona si no dependo de nada. Y creo con un poco de esfuerzo es posible. Tres meses. Gracias.
  • R Güemesciteerde uit4 jaar geleden
    Después pensó que no podía estar muerto, que estaba sordo y ciego, sí, pero no muerto, aunque que ya no pesaba, su cuerpo se había disuelto en el agua, yacía en una oscuridad primitiva, en el fondo del mar, dulcemente mecido por la corriente, burbujas que subían a su alrededor, infinita paz.
  • R Güemesciteerde uit4 jaar geleden
    Me dio la impresión de esos reclusos que se pasan años en una pieza a oscuras, o con una mínima iluminación, una ventanita en lo alto por la que entra, a las seis de la mañana, un rayo de sol, y que después de cierto lapso en la soledad y el silencio absoluto comprenden algo sobre sí mismos que no los abandona en lo que les resta de vida
  • R Güemesciteerde uit4 jaar geleden
    “Telekinesis inconsciente, la llamamos. No se da cuenta cuando los mueve. Lo mueve en sueños, o los mueve un deseo no confesado.
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