uando encarnamos los sentimientos esenciales del corazón, como la compasión, el aprecio, la aceptación, la tolerancia, la paciencia, el perdón y el amor, los irradiamos a través de nuestras palabras, actos, tono de voz y expresiones faciales, además de señales invisibles como la energía que emiten nuestro sistema nervioso y nuestro corazón.