Experiencia

Milan Kundera ha dicho que seguimos siendo niños durante toda nuestra vida, porque una vez tras otra se nos va enfrentando a nuevos conjuntos de reglas que exigen ser descifradas. En diversos estadios de la vida uno piensa que ha conseguido «asir» razonablemente la realidad; luego, de súbito, ese conocimiento tan laboriosamente adquirido se revela de una inutilidad absoluta. En Bellow, el sentido de la visión de un niño es supremo y definidor. Pero siempre es el mismo niño, no una serie de «yos» improvisados u oportunos.142 Y en sus novelas, a medida que va desarrollándose la trama, vemos a un hombre (vemos su conciencia) dirigiéndose hacia la muerte con los ojos abiertos y la cabeza alta...

Dr. Who y los Daleks

él se ha llevado la peor parte, pero la mía la he tenido que vivir yo

por primera vez en su vida había carecido de sentido del humor, y el humor le había aplicado de inmediato un correctivo..

Cuando era mucho más joven y estúpido llegué a dar con otra estrategia para encarar el problema: el suicidio. Siempre fue una fantasía, un modo de posponer el miedo, y jamás llegó a constituir una seria opción mientras cualquiera de mis padres continuara en este mundo

Cuando pienso en que D. H. Lawrence, acaso el escritor con peor talante de todos los tiempos (vapuleador de mujeres y animales, racista, antisemita, etc...),86 fue también, quizá, el exponente más pródigamente chapucero de la lengua, siento la tentación de una inmensa generalización respecto de la probidad y la prosa