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Carmen Martín Gaite

El cuento de nunca acabar

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  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    «¿Para qué quiero llorar / si no tengo quien me oiga? / La que me tenía que oír / está viviendo en la gloria / y no se acuerda de mí»
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    ? Las historias deliberadamente abortadas son las que más pueden darnos la medida, si nos paramos a pensarlo, del carácter azaroso de esas otras que hemos establecido como necesarias y fundamentales. Ninguna lo es tanto, lo que pasa es que la lupa se encarniza sobre aquellas a las que nos hemos empeñado en dar bulto, en seguir inventando contra viento y marea. Todos los desvelos son para adornar éstas con atributos de eternidad y toda la ingratitud para rodear de tintas oscuras las que querríamos olvidar.
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    Amores de derribo

    La gente que con más ardor se apresura a vivir historias de amor distintas, a apagar unas en otras, más las mimetiza y menos las vive. Las está elaborando con material de derribo.
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    Quien no quiere ser absorbente en cuestión de amores, ni exigir una correspondencia equivalente al amor que profesa, desprestigia su propio sentimiento, despierta suspicacia. Y sacrifica, a la larga, la intensidad de su deseo. La pasión ciega se convierte en pasión por entender. Esto a los dogmáticos les huele a chamusquina. Y desde su punto de vista tienen razón. La pasión por controlar las pasiones pertenece a otro campo, responde a otro deseo de dominio.
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    n el amor pasa lo mismo, ofende que el otro se distraiga, se salga de la situación, de la función. No juegas bien, juegas sin ganas.
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    Dorian Gray tenía que bajar a mirar de vez en cuando el cuadro encerrado en la bodega, para no perder pie. Asomarse a la imagen secreta que celaba a todos era lo que le devolvía la sensación de autodominio. Para los últimos auxilios, el alma tiene que descender a la propia bodega con el candil en alto, atreverse a mirar lo que se está pudriendo. El agridulce placer de revolcarse en lo que sólo es conocido por uno mismo.
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    ¿Pero cómo que se ha suicidado? ¿Qué más quería? Pues quería eso, lo que no pudo conseguir: creérselo él.
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    Llevar adelante esas historias escritas sobre el patrón de la narración egocéntrica acaba convirtiéndose en una cruz. Pero han llegado a formar nuestra guarida, nuestra segunda pie
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    Todos tenemos nuestra narración extraordinaria que nos apuntala y embellece ante los demás, pero en la que un día dejamos de creer, porque no la podemos seguir adecuando a los ojos de los demás
  • Juan Eduardo Mateos Floresciteerde uit2 jaar geleden
    Un dolor de muelas es siempre el mismo y sigue ahí, aun cuando no hables de él. Pero otra clase de dolores se configuran y acrecientan precisamente al nombrarlos. Por ejemplo, las penas de amor. Hay cosas que sin contarlas tal vez no cobrarían existencia. Y a lo mejor ni falta que hacía.
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