No estoy a favor de la fascinación que generan los asesinos, pero debo de admitir que es difícil no verse absorbido por la curiosidad sobre cómo eran o qué pasó antes de que hicieran las atrocidades que cometieron. En el caso de Charles Manson, existen muchas interrogantes sobre cómo era la familia, las chicas que pertenecieron a este culto y se vieron tan influenciadas como para cometer asesinatos sumamente violentos. Esta historia ficticia nos deja imaginar un poco ese ambiente, donde la relación, la forma de ser y la manera de convivir entre ellas queda como una suposición que abriga la historia de Evie, una niña que se ve envuelta en este culto.
En sí, es una historia que permite seguir leyéndola hasta el final, no estoy segura si es en sí por la historia que nos está contando la autora o porque estás en espera de que ocurra la parte macabra que todos conocemos que va a suceder. De una u otra manera, vale la pena conocer esta perspectiva, pero no en el caso de que se busque algo fiel a lo que sucedió.