La mujer, Maryann Nygård, fue asesinada hace más de veinticinco años, pero el modus operandi del asesino hace que al inspector le venga automáticamente a la cabeza un caso anterior en el que había trabajado. No solo se trata de las innegables similitudes entre las dos víctimas y la forma en que fueron asesinadas, sino que la aparición de este cuerpo hace que Simonsen se dé cuenta de que el sospechoso en el que centró sus pesquisas era, en realidad, inocente. Un inocente que acabó por suicidarse hace diez años, justo antes de ser detenido. Cuando se da cuenta de que es culpable de la muerte de un inocente, su ya frágil salud se resiente aún más.Simonsen y su equipo centrarán su investigación en estos dos casos y en aquellos que pudieran ser similares para encontrar el patrón del asesino, y acabarán descubriendo que el caso es mucho más complicado de lo que jamás hubieran podido imaginar.