Raphael Bob-Waksberg

Te devoraría completamente, este vacío, este agujero, esta modesta vivienda de piedra rojiza de dos alturas en Carrol Gardens que alberga el apartamento de una habitación que una tú mucho más joven y el hombre que ahora aparece en tu teléfono como NO LO LLAMES una vez fuisteis tan idiotas de llamar «casa»

Te imaginas pasando el resto de tu vida con este hombre, tal y como te has imaginado con todos los anteriores. No porque creas que vayas a hacerlo, sino porque simplemente no puedes evitar vislumbrarlo

te besará la frente con suavidad, esa frente que ya fue suavemente besada por tantos otros hombres, una marca entre mil más, en medio de todo un cementerio de besos

todos nosotros estamos muriendo, muriendo y muriendo poco a poco

La ciencia seguirá viva cuando todos estemos muertos. La ciencia sobrevivirá con o sin nuestros esfuerzos por entenderla; la ciencia va por libre

Te gustan los terremotos?
y yo le dije: Claro (lo cual es cierto). Los terremotos, los tornados, los huracanes… Me gusta cualquier situación en la que de repente todo cambia y las reglas ya no sirven de nada. Me encantan las emergencias

¿Te gustan los terremotos

entonces, de repente, seré golpeado por una verdad paralizante: no es lo que hacemos lo que nos

entonces, de repente, seré golpeado por una verdad paralizante: no es lo que hacemos lo que nos convierte en quienes somos. Es lo que no hacemos lo que nos define

Visité a Jecka más veces. Hicimos el amor en la cama que compartía con su marido, la opuesta a la que compartía yo con mi mujer, y como cada uno era el contrario al cónyuge del otro, me dejé convencer —no, me convencí— de que aquello, matemáticamente, constituía un acto neutral