Jordi Puntí

El fútbol es también el territorio de la memoria, y si nos apasiona es porque nos permite ir atrás en el tiempo, revivir a los grandes jugadores, olvidar las finales perdidas, sentirnos en el lugar de nuestros héroes, mezclar memoria y deseo.

el fútbol es mucho más entretenido cuando es visto como un mundo paralelo. Una religión, si se desea, o un sistema filosófico, o una lucha contra el azar. Cada uno ve un partido diferente, todos somos entrenadores, y es en esencia imposible que un jugador de ajedrez profesional y un poeta vean el mismo partido.

En Barcelona, a 14 de Diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio Carles Rexach Secretario Técnico del F.C.B. se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas.

lo que hace Messi es todo lo contrario: crea lenguaje, lo activa, nos despierta el sentido de la lengua, el ingenio, las asociaciones menos obvias, la poesía. Necesitamos describir con palabras lo que vemos, si queremos estar a la altura de sus actuaciones. No solo provoca que hurguemos en nuestra memoria –o en el diccionario de sinónimos– para encontrar elogios superlativos, sino que nos obliga a ser más inteligentes para no repetirnos

En la secuencia de imágenes que han quedado de aquella noche, justo después del gol, se ve a Cristiano Ronaldo que niega con la cabeza, cabreado, y es en este punto donde los récords y las estadísticas empiezan a interesarme un poco. Porque desde hace años los defensores de CR7 se refugian en las cifras para compararlo con Messi, sin tener en cuenta que el fútbol es mucho más que eso, algo que incluso va más allá de la rivalidad entre dos marcas, Nike y Adidas.