Escribí Cóndores no entierran todos los días en la ciudad universitaria de Torobajo, en Pasto, una ciudad al sur de Colombia, en la frontera con Ecuador, a donde había llegado contratado como profesor de Humanidades.
Daniel Loaiza Fiscalciteerde uit4 maanden geleden
No teniendo dónde investigar, porque la única biblioteca que existía de verdad en esa ciudad era la del maestro Ignacio Rodríguez Guerrero,
Daniel Loaiza Fiscalciteerde uit4 maanden geleden
tas que diariamente me cruzaba con Pilar Narvión, la periodista española
Daniel Loaiza Fiscalciteerde uit4 maanden geleden
primer cuento, “El gringo del cascajero”.
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la hija del maestro Ignacio Rodríguez Guerrero
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Cóndores y se celebran los cincuenta años de la primera edición de esta obra
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cinco balazos que acabaron con la vida de don Rosendo Zapata
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doce años venía vendiéndoles con recargo cereales, abarrotes y paños
Daniel Loaiza Fiscalciteerde uit4 maanden geleden
León María Lozano, vendedor de quesos
Elin Fiscalciteerde uit4 maanden geleden
Escribí Cóndores no entierran todos los días en la ciudad universitaria de Torobajo, en Pasto, una ciudad al sur de Colombia, en la frontera con Ecuador, a donde había llegado contratado como profesor de Humanidades. Era 1970.
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