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Juan Ramón Jiménez

  • anasilvia96citeerde uit2 jaar geleden
    Dondequiera que haya niños—dice Nóvalis—, existe una edad de oro.» Pues por esa edad de oro, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta, y se encuentra allí tan á su gusto, que su mejor deseo sería no tener que abandonarla nunca
  • anasilvia96citeerde uit2 jaar geleden
    Platero, granas de ocaso sus ojos negros, se va, manso, á un charco de aguas de carmín, de rosa, de violeta; hunde suavemente su boca en los espejos, que parece que se hacen líquidos al tocarlos él; y hay por su enorme garganta como un pasar profuso de umbrías aguas de sangre
  • Viktoria Nevermindciteerde uit2 jaar geleden
    Esta flor vivirá pocos días, Platero, pero su recuerdo ha de ser eterno. Será su vivir como un día de tu primavera, como una primavera de mi vida. ¡Ay! ¿Qué le diera yo al otoño, Platero, á cambio de esta flor divina, para que ella fuese, diariamente, el ejemplo sencillo de la nuestra?
  • Viktoria Nevermindciteerde uit2 jaar geleden
    le dije á la luna:

    ...Ma sola

    ha questa luna in ciel, che da nessuno
  • Viktoria Nevermindciteerde uit2 jaar geleden
    cader fu vista mai se non in sogno
  • Viktoria Nevermindciteerde uit2 jaar geleden
    Platero se me ha rendido como una adolescente apasionada. De nada protesta. Sé que soy su felicidad. Hasta huye de los burros y de los hombres...
  • Victor Valderramaciteerde uit9 maanden geleden
    existe una edad de oro.» Pues por esa edad de oro, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta, y se encuentra allí tan á su gusto, que su mejor deseo sería no tener que abandonarla nunca.
  • vanessa flores navaciteerde uit3 maanden geleden
    Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera.
  • Beluciteerde uit7 maanden geleden
    Esta flor vivirá pocos días, Platero, pero su recuerdo ha de ser eterno. Será su vivir como un día de tu primavera, como una primavera de mi vida. ¡Ay! ¿Qué le diera yo al otoño, Platero, á cambio de esta flor divina, para que ella fuese, diariamente, el ejemplo sencillo de la nuestra
  • Beluciteerde uit6 maanden geleden
    La luna, se cae, rojiza y soñolienta. Ya el canto está borracho de luna, embriagado de estrellas, romántico, misterioso, profuso. Es cuando unas grandes nubes luctuosas, bordeadas de un malva azul y triste, sacan el día de la mar, lentamente...
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