Walt Whitman

no eres culpable para mí, ni rancio ni descartado, veo a través del paño y la guinga si o no, y estoy cerca, tenaz, adquisitivo, incansable, y no puedo ser sacudido.

«Y aquel que camina una sola legua sin amor
camina amortajado hacia su propio funeral».
Walt Whitman

Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,

Para qué habéis aprendido a leer si no sabeís ya interpretar mis poemas?

Tendrás entonces todo cuanto hay de grande en la Tierra y en el Sol,

Tampoco contemplarás el mundo con mis ojos

ni tomarás las cosas de mis manos.

El que llena su período

y ocupa su lugar

es tan grande como cualquiera.

¿Han sido los hombres envidiosos y criminales contigo?

Pues lo siento mucho,

conmigo han sido siempre bondadosos.

Y yo no soy un registrador de lamentos.

(¿Qué tengo que ver con los lamentos?)

Yo soy una infinidad de cosas ya cumplidas

y una inmensidad de cosas por cumplir.

Con mis pies huello los picos de las estrellas,

cada paso mío es una ristra de edades

y entre cada paso voy dejando manojos de milenios…

Todas las fuerzas del universo

han trabajado sin descanso y obedientes para completarme y deleitarme…

Y ahora estoy aquí, ¡miradme!

en este sitio,

con mi alma robusta y vigorosa.

Y por blando que sea un objeto, puede ser un día el eje en que descanse la rueda del universo.

Y digo a todos los hombres y mujeres: Serenad vuestro espíritu frente a los universos infinitos.