Los anillos de plata de sus dedos reflejan la llama. Tatuajes oscuros cubren sus manos. Tiene varias tiras de cuerda y cuero atadas a las muñecas. Es alto, de hombros anchos, y lleva un abrigo largo con un cuello rígido que se levanta alrededor de su afilada mandíbula. Aunque su cuerpo está oculto bajo el abrigo, puedo decir que está lleno de músculos por la mera insinuación de sus bíceps.
Cuando se quita el cigarrillo de la boca, no puedo evitar trazar las venas que serpentean sobre sus nudillos con un rápido barrido de mis ojos.