El storytelling, como se verá, es connatural a la esencia del ser humano.
María Luisa Sánchez Velázquezciteerde uitvorig jaar
los relatos necesitan una estructura básica que responda a las preguntas fundamentales del qué, el cuándo, el dónde, el cómo y el por qué.
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Normalmente les hago un par de preguntas. Entonces es cuando comienza la historia real. A partir de ahí, los asistentes están impacientes por participar. Las historias se vuelven más intensas y profundas. Todos necesitamos que nos escuchen. Todos tenemos una historia que contar.
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adquiera las herramientas necesarias para relatar su historia con pasión y relevancia, y que aprenda a seducir, persuadir y fascinar a sus interlocutores con imágenes vívidas y a crear conexiones emocionales duraderas.
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los buenos relatos tienen una estructura fija. Todos tienen introducción, nudo y desenlace.
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Por el contrario, trata sobre el poder de las historias para sanar, rehabilitar, compartir una visión y, sobre todo, inspirar.
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El mero hecho de contar nuestra historia es ya de por sí un acto de poder. Oír y contar nos inspira. Oyendo y contando vislumbramos una vida mejor.
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cuanto más sabe un niño acerca de la «historia» de su familia, es decir, cuanta más información posee acerca de su entorno familiar y de los obstáculos que sus miembros han debido superar para sobrevivir y prosperar, mayores son la sensación de control de su propia vida y su autoconfianza.
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Las historias tienen una chispa, un poder: consuelan, conectan, transforman, destruyen, e incluso sanan.
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onocen los hechos pero no el contexto en que surgen.
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