Lleva la cuenta de tus puntos fuertes Ahora que te sientes un poco mejor contigo mismo y, a regañadientes, aceptas que tal vez no seas tan malo como pensabas, es el momento perfecto para centrarte en tus puntos fuertes. Escribe tantas cosas positivas sobre ti mismo como se te ocurran. Incluye todas tus características positivas, tus puntos fuertes, tus talentos y logros. Anótalas en tu cuaderno o en tu teléfono: en algún sitio al que tengas fácil acceso, para poder continuar con la lista si se te ocurre algún elemento más que puedas incluir.