Gustavo Yuste

Somos todos frágiles
excepto cuando llega la hora
de juzgar al otro.

¿Cuándo se reemplaza un deseo
por uno nuevo?
Imposible saberlo:
las transiciones nunca son ordenadas.

Mi angustia se festeja a sí misma
igual que un borracho
se ríe al final de sus propios chistes.

Objetos perdidos (I)

Ahora que llueve
el paraguas que dejaste acá
es todavía más irónico.

De la última vez que nos vimos,
apenas queda ese objeto
que descansa en un rincón
para consolarme:
ser olvidado no es algo
que me pasa solo a mí.

Llorar en el trabajo

Un gesto de amor intenso
no siempre es tan visible,
pero yo pude reconocerlo al instante
el día que te mandé un mensaje
preguntándote qué se hacía
cuando se quiere llorar en el trabajo
y vos me respondiste
que me ibas a regalar un tapaojeras
para que la próxima,
en vez de evitarlo,
pueda disimularlo.

Daltonismo emocional:
todo lo colorido se ve gris

Al igual que los álbumes familiares
o la ropa de los muertos
que nadie se atreve a ordenar,
tu recuerdo no se actualiza
ni se deforma con el paso del tiempo,
se conserva embalsamado
gracias al formol de la melancolía.

Podría estar sucediendo ahora

Un avión aterriza en medio de la oscuridad
aunque nadie lo estaba esperando.
Un animal corre por un campo tan extenso
que no parece perimetrado.
Una persona olvida por primera vez
un nombre que sabía de memoria.
Varias naranjas crecen en la misma rama
como si no quisieran estar solas.
Una idea importante se pierde en mi cabeza
igual que un turista confiado.
Un adolescente usa la ropa holgada
de su padre muerto
para volver a asistir al colegio.
Todos coinciden, aunque nadie lo dice,
en que parece una persona
que perdió demasiado peso de golpe.
Un avión despega en plena luz del día
aunque nadie lo despide.
Un animal duerme en un campo tan extenso
que no parece perimetrado.
Una persona olvida por quinta vez
un nombre que sabía de memoria.
Varias naranjas caen de la misma rama
como si no quisieran estar solas.
Una idea no demasiado importante
entra en mi cabeza como un conquistador.
Un adolescente nombra a su padre muerto
y se da cuenta de que le está cambiando la voz.
Un avión coincide por un microsegundo
en la misma línea recta
que el animal en un campo tan extenso
que no parece perimetrado.
Una persona se acuerda por primera vez
el nombre que creía olvidado
gracias al color de las naranjas
que comparten un plato
como si no quisieran estar solas.
Una idea que parecía importante
ahora no cumple las expectativas
igual que un adolescente
no rellena la ropa de su padre muerto
aunque lo intente.

El viento desplaza a las nubes;
la ilusión de avanzar
cuando en realidad lo que se mueve
es aquello que se acerca
en dirección contraria.

Pero, sobre todo,
soy eso en lo que vas a pensar
una sola vez en tu vida
y esa vez ya pasó.