La gran pregunta: ¿cómo ser nosotros mismos sin pasar a llevar al otro? En realidad, lo que se evita es el rechazo. Gana el silencio ante la posibilidad de que el otro me rechace. Lo relevante es quedar bien para el otro, no para sí mismo, entonces cuando tienen la necesidad de expresar algo que al otro no le va a gustar, se genera un sinfín de cuestionamientos.