Teresa Gispert

Se me olvidó
De tanto mirarte

se me olvidó

girar mi mirada hacía mí.

Se me olvidó

sentir mis caricias,

oír mi voz.

Guardé mis deseos

para tiempos de soledades.

Las fuerzas, las ganas

nacían y morían

en tus sueños.

Se me olvidó

que es fácil caminar sola

sin tropezar, sin pisotones,

sin más guía que una misma.

De tanto quererte,

se me olvidó amar

a quien más fiel me sería,

a mí misma.

Admiración
Hay un universo infinito

dentro de ti,

miles de estrellas

flotando entre tus células;

pedazos de tierra,

de polvo y de roca,

navegando por tus venas,

asolando tus miedos.

Y no lo ves,

no, no lo ves,

que hay todo un universo

expandiéndose en tu pecho.

Y no lo ves,

no, no lo ves,

que hay astronautas

que morirían por viajar por él.

Deseo
Arañarte,

hasta que mis uñas se fundan en tu piel,

hasta que tu sangre se deslice por mis manos.

Morderte,

deshacer tus venas en mi boca,

sentir tu olor quemar mis pulmones.

Probarte,

recorrer tus rincones sin tocarte,

llevar en mi lengua a lo que sabes.

Déjame perderme en ti

De tanto quererte,
se me olvidó amar
a quien más fiel me sería,
a mí misma.

e yo siempre fui más perra
y he perdido la cuenta de las veces
que me quedé afónica aullando a la luna
sin más resultado que su mirada indiferente.
Y la tuya.

Se me olvidó

que es fácil caminar sola

sin tropezar, sin pisotones,

sin más guía que una misma.

Con mirarse lo decían todo,

si tú caes yo te levanto,

seré tu ánimo, la voz

que te grite: ¡Lucha!

Juntas las dos mujeres

Yo, por mi parte, ya no me siento premio

de consolación ni plan B.

Soy el maldito abecedario y, desde ahora,

no formaré más palabras para ver cómo se las lleva

el viento.

Y a ti, con ellas.

Que las oportunidades no pasan en tren,

vienen andando y hay que cogerlas de la mano.

Que desde el suelo se ve mejor el cielo,

pero no el horizonte.

Que a tu lado descubrir la vida es apreciar la vuelta

de todo.