Ximena Renzo

«Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y un razones para reír»,

Viéndolo desde mi percepción, nosotros llegamos al mundo con un propósito, con un don especial que nos hace únicos. Ese don puede ser la salvación o la perdición; la cuestión es saber si nosotros tenemos la fuerza de voluntad para sobrellevarlo.

Estaba a punto de soltar muchas groserías en italiano, y lo único que pude ver fue la sonrisa de aquella señora de la cafetería.

fe se sacude, pero sé que la vida está llena de momentos de tristeza, alegría, amor y desamor. Sepan que solo los verdaderos guerreros sabrán cómo librar la batalla y tener permanentemente escrito su nombre en aquel lugar.

—¿Quieres? —preguntó entregándome el décimo churro que compraba.

—Ve por ella, campeona

—¡¿Hasta cuándo, Dios?! —pegué el grito al cielo sintiéndome la persona menos afortunada de la tierra

Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y un razones para reír

—¿Está hablando en serio, señora? Es decir, me conoce hace quince minutos y en cinco de ellos me vio haciendo un escándalo allá dentro —

llegamos al mundo con un propósito, con un don especial que nos hace únicos. Ese don puede ser la salvación o la perdición; la cuestión es saber si nosotros tenemos la fuerza de voluntad para sobrellevarlo