es

Chris Carter

  • Nicole Prociteerde uit9 maanden geleden
    Pulchritudo circumdat eius.
  • luz747064citeerde uit9 maanden geleden
    Correr por fuera, persiguiendo pájaros que nunca conseguía atrapar, había perdido su encanto hacía ya varios veranos y ahora el señor Boingo pasaba la mayor parte del día durmiendo o encaramado en el alféizar de la ventana, mirando obnubilado la calle desierta.
  • Marta Rimoldiciteerde uit2 jaar geleden
    tú también estás genial
  • Namjoon Gómezciteerde uit2 jaar geleden
    nco semanas antes.

    Jenny se frotó los ojos antes de levantarse de la ajetreada mesa del Vanguard Club, en Hollywood, con la esperanza de no parecer tan cansada como estaba.

    —¿Dónde vas? —le preguntó Rey-T, mientras daba un trago al champagne.

    Bobby Preston era el camello más conocido del noroeste de Los Angeles, pero nadie le llamaba nunca por su verdadero nombre, todo el mundo le conocía como Rey-T. La ‘T’ venía de ‘Traficante’ puesto que traficaba con casi todo: drogas, chicas, coches, armas; por un precio adecuado, te agenciaba cualquier cosa que quisieses.
  • Namjoon Gómezciteerde uit2 jaar geleden
    Viernes, 5 de agosto, 10:25 A.M.

    —Sí... Detective Hunter al habla.

    —Hola, Robert, tengo una sorpresa para ti.

    Hunter se quedó paralizado, la taza de café casi se le cae de las manos. Conocía muy bien esa voz metálica. Sabía que cuando esa voz le llamaba sólo podía significar una cosa; un nuevo cadáver mutilado.

    —¿Has sabido algo de tu compañero últimamente?

    Los ojos de Robert buscaron rápidamente a Carlos García por la habitación en vano.

    —¿Alguien ha visto a García desde esta mañana? —
  • Namjoon Gómezciteerde uit2 jaar geleden
    Viernes, 5 de agosto, 10:25 A.M.

    —Sí... Detective Hunter al habla.

    —Hola, Robert, tengo una sorpresa para ti.

    Hunter se quedó paralizado, la taza de café casi se le cae de las manos. Conocía muy bien esa voz metálica. Sabía que cuando esa voz le llamaba sólo podía significar una cosa; un nuevo cadáver mutilado.

    —¿Has sabido algo de tu compañero últimamente?

    Los ojos de Robert buscaron rápidamente a Carlos García por la habitación en vano.

    —¿Alguien ha visto a García desde esta mañana? —gritó en toda la oficina después de apretar el botón de silencio de su teléfono móvil. Los demás detectives se intercambiaron una mirada silenciosa y desconcertante y Hunter pudo saber la respuesta antes de oírla.

    —No desde ayer —respondió el detective Maurice haciendo un gesto de negación con la cabeza.

    Hunter pulsó el botón de silencio nuevamente.

    —¿Qué le has hecho?

    —¿Me vas a prestar atención ahora?

    —¿Qué le has hecho? —le exigió Hunter con voz firme.

    —Como he dicho, es una sorpresa, Robert —dijo la voz metálica riendo—. Pero te daré una oportunidad para
  • Namjoon Gómezciteerde uit2 jaar geleden
    que marques la diferencia. Puede que esta vez te esfuerces más. Ve al cuarto de lavandería que hay en el 122 de Pacific Alley, en Pasadena Sur, en la próxima hora. Si traes refuerzos, muere. Si no llegas en una hora, muere. Y créeme Robert, será una muerte muy lenta y dolorosa.

    La línea se cortó.
  • Namjoon Gómezciteerde uit2 jaar geleden
    Dos

    Corriendo y dando grandes saltos, Hunter bajó las escaleras del edificio situado al este de Los Angeles. Cuanto más bajaba, más oscuro estaba y más calor hacía. Tenía la camiseta empapada de sudor. Los zapatos ajustados le apretaban los pies.

    —¿Dónde diablos está el cuarto de lavandería? —musitó en cuanto llegó al sótano.

    Al final del pasillo salía un rayo de luz de debajo de una puerta cerrada. Corrió hacia ella gritando el nombre de su compañero.

    No hubo respuesta.

    Hunter sacó su pistola Wildey Survivor de doble acción y se puso de espaldas a
  • Namjoon Gómezciteerde uit2 jaar geleden
    la pared, a la derecha de la puerta.

    —García...

    Silencio.

    —¿Novato, estás ahí dentro?

    Un golpe seco atenuado salió del interior de la habitación. Hunter apretó el percutor de su arma y cogió aire.

    —¡A la mierda!

    Aún de espaldas contra la pared exterior, abrió la puerta con la mano derecha y con un movimiento bien ensayado, se giró hacia el interior de la habitación buscando un objetivo con el arma. El insoportable olor a orina y vómito le obligó a retroceder y toser con violencia.

    —García... —le volvió a llamar desde la puerta
  • Namjoon Gómezciteerde uit2 jaar geleden
    piel. La sangre le surcaba el rostro. García parecía inánime.

    «Llego demasiado tarde», pensó Hunter.

    Al acercarse a la caja, a Hunter le sorprendió ver un monitor de electrocardiograma en el interior. La onda alcanzaba el punto más alto levemente y en intervalos constantes. García seguía con vida; por el momento.

    —¡Carlos!

    Ningún movimiento.

    —¡Novato! —gritó.

    Con gran esfuerzo, García consiguió entre abrir los ojos.

    —Aguanta, colega.

    Hunter inspeccionó la habitación tenuemente iluminada. Era grande, unos
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