ha tenido que enfrentarse a la particular infelicidad de su familia —personificada en las enfermedades y en la muerte— a machetazos emocionales, que es la peculiar manera que tenemos de resolver aquellos que nacimos en una época en la que los padres no tenían a quién recurrir
Teresaciteerde uit4 maanden geleden
Era vuestra nevera, era vuestra casa, erais vosotros. Pero no.
Teresaciteerde uit4 maanden geleden
para hablar de mi padre. Un hombre de fachada fácil, pero con unas cuantas procesiones por dentro.
Teresaciteerde uit4 maanden geleden
estaba empeñada en que todo el mundo era muchísimo más anciano que ella. Vivió casi 105 años, la vi llorar muy pocas veces y seguía llamando viejas a las de 70, entre las que estaba su hija.
Teresaciteerde uit4 maanden geleden
mi reino fue siempre la ligereza. Cuando no nos dolía nada porque no había de lo que preocuparse. Y cuando nos dolía todo, porque era el sitio donde refugiarme.
Teresaciteerde uit4 maanden geleden
A mi madre le encantaba hacer a mi padre más torpe de lo que era. Y él se dejaba entorpecer hasta unos límites que en otro se me antojarían irritantes, pero, como hablamos de mi padre, me parecía entre tierno y cómico
Teresaciteerde uit3 maanden geleden
La mujer que siempre renegó de la cocina, pero que desgastaba las sartenes con una rapidez abrumadora, ahora asumía que su dieta diaria consistía en tres bollos
Teresaciteerde uit3 maanden geleden
Con el tiempo he comprobado el peso que tiene la dejadez cuando nos hacemos viejos. Esa desgana que se cuela como el agua por una rendija que hace que lo que antes nos parecía rutina ahora se nos antoje insoportable. Hacer la comida, poner la goma de la sábana bajera en su sitio, escoger la ropa con cierto tino. Lo he visto en mi casa y en otras casas. Ese momento en el que nos empieza a dar todo igual y comienza la autodestrucción.
Teresaciteerde uit3 maanden geleden
Desde ese día valoro mucho este tipo de detalles. Que un pie siga al otro y camines. Que bebas mucha agua y hagas pis. Que nada se altere en el proceso que va de la cuchara al plato y del plato a la boca cuando comes. Saber responder qué día es y qué año y cómo se llaman tus padres. Que reconozcas a los que viven contigo, y seas capaz de cerrarte los botones de la camisa, teclear en la pantalla un número de teléfono. Que te pregunten algo y respondas.
Teresaciteerde uit3 maanden geleden
Aprendí a administrar los silencios y las informaciones. Me doctoré en mentiras piadosas y en desahogos con desconocidos. Comprobé que todos los miedos se parecen mucho. El vértigo de lo que viene. Que cuidar de alguien es un pegamento mucho más fuerte que la ideología.
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