Posdata: te amo

Le costaba desprenderse. Le costaba porque en el fondo no quería hacerlo, ya que era lo único que tenía. Pero en realidad no le tenía, de modo que se sentía perdida y confusa.

Estaba harta de limitarse a existir; quería vivir. Pero ¿qué sentido tenía vivir cuando no se sentía viva? Se hizo las mismas preguntas una y mil veces, hasta que finalmente prefirió no despertar de sus sueños; éstos eran lo único que le parecía real.

Había recibido un regalo maravilloso: la vida. A veces ésta era arrebatada cruelmente demasiado pronto, pero lo que contaba era lo que hacías con ella, no cuánto duraba.

Dicen que nada dura para siempre, pero tengo una fe inquebrantable en que a veces el amor sigue vivo incluso cuando dejamos de existir.

Los recuerdos duran toda la vida, no lo olvides.

Después de su muerte, aún había vida para ella.

Hay personas que pasan por la vida buscando y nunca encuentran a su alma gemela. Nunca. Tú y yo la encontramos, sólo que las tuvimos por un período más corto del habitual. Es triste, pero así es la vida.

La gente no sabía el lujo que era poder abrazar a su ser querido cuando le venía en gana.

Pero, Holly, nadie tiene la vida llena de momentos perfectos. Y si fuera así, dejarían de ser perfectos. Serían normales. ¿Cómo conocerías la felicidad si nunca experimentaras bajones?

De haber sido por ella, aún seguiría abrazada a él.