Es ese mismo mecanismo el que empleamos para poder vivir sin enloquecer: sabemos bien que la nada devorará hasta nuestra última partícula, que los amores eternos durarán –en el mejor de los casos– mientras la muerte lo permita, que la enfermedad roerá nuestro cuerpo hasta hacerlo inservible (o, aún más perversamente, que roerá antes los de algunas personas a las que amamos y a las que veremos morir); sabemos que los éxitos serán fugaces y los afectos, si los hay, interesados o escurridizos; sabemos, en suma, que la vida será un sumidero de mierda o un acto ridículo. Pero a pesar de ello –o justamente por ello– suspendemos la incredulidad y vivimos como si todo lo que hacemos fuera necesario o fascinante, como si visitar un país lejano, fornicar con alguien o escribir un libro nos conectara con la eternidad. Como si el sentido de la vida existiera realmente.
salvador emmanuel cabrera rodriguezciteerde uit4 jaar geleden
debemos aprender a ser mortales para ser individuales»
Erick Crespociteerde uitvorig jaar
–Me gusta la gente fracasada. ¿A vos no te pasa lo mismo? Él se quedó meditando en aquella singular afirmación. –El triunfo –prosiguió– tiene siempre algo de vulgar y de horrible. Se quedó luego un momento en silencio y al cabo agregó: –¡Lo que sería este país si todo el mundo triunfase! No quiero ni pensarlo. Nos salva un poco el fracaso de tanta gente.
Erick Crespociteerde uitvorig jaar
Después de citar a Epicuro, quien sostenía que «no elegimos cualquier placer» y que «no todo dolor ha de ser evitado», Schmid explica que «la felicidad no surge de resaltar y admitir solo una parte de la vida, la parte agradable, placentera y “positiva”.
Erick Crespociteerde uitvorig jaar
La vida es un acto absurdo, una ciénaga de mierda, una tierra movediza que nunca es capaz de sostener nuestro propio peso, pero aprendemos enseguida a recubrirla de épica y de leyenda para hacer acopio de justificaciones que nos mantengan en pie
Bianca Beltránciteerde uit3 jaar geleden
La ilusión, el fingimiento, la irrealidad y la mentira son curativos si traen la felicidad.
Bianca Beltránciteerde uit3 jaar geleden
La vida es, en su esencia, un sumidero de mierda o un acto ridículo. No nos salvan la inteligencia ni la educación. No nos salvan tampoco la bondad, ni la honestidad, ni la lucidez ética. Tal vez lo único que pueda salvarnos es la mentira, el engaño. Matrix. El mundo feliz de Huxley.
Darknessciteerde uit4 jaar geleden
Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, es uno de los libros más hermosos, más lúcidos y más brutales que se han escrito.
Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, es uno de los libros más hermosos, más lúcidos y más brutales que se han escrito.
Darknessciteerde uit4 jaar geleden
aborrece, y eso funda su destino: «Soy malo porque soy desgraciado. ¿Acaso no me odia y rechaza toda la humanidad? Vos, mi propio creador, me despedazaríais con placer. Pensad en esto y decidme ¿por qué debería tener compasión por alguien que no la tiene por mí?», le dice la Criatura a Victor Frankenstein. Y sentencia: «Si no puedo inspirar amor, provocaré terror.»
Darknessciteerde uit4 jaar geleden
El virtuoso monstruo de Frankenstein, como el pequeño salvaje rousseauniano, es inmaculadamente bueno. Se esfuerza en integrarse en la sociedad, en ayudar a quien lo necesita. Aprende el lenguaje, ama la sabiduría. El mundo, sin embargo, le