Quizás le llame Modagala

mientras el reflejo de las plantas de los pies
parece provisto de vida propia
queriendo saltar
a un pequeño charco de desengaños cotidianos
y los pies,
en remojo de apatía.

Ser la presencia no escrita
de un cuento apenas esbozado
mezcla de almizcle y rabia:

para acabar viviendo en un ámbar permanente:
descosiendo los domingos
y con todos los viernes por trillar.

El miedo es esquizofrénico pero no quiere medicarse

Tengo un miedo escondido que se presenta a desayunar cada mañana. Tengo varios miedos escondidos que regresan a dormir todas las noches, junto a mí, que velan los sueños que no tejo porque no les dejan evolucionar, volviendo a esos tiempos viejos, asfixiando los nuevos.

Encontré al lobo.
Me estaba esperando.

Frío es tiritar en un día de playa. Llorar.

Que no estés.

Frío es sonreír por dentro y contestar «bien» ante la pregunta «¿qué tal?»

sentimos, luego existimos

existimos porque sentimos

sentimos los sentidos

los sentidos vividos