Los orígenes del totalitarismo

que la diferencia entre la judería y las naciones no era fundamentalmente de credo y de fe, sino de naturaleza interna»

El antisemitismo, una ideología secular decimonónica —cuyo nombre, aunque no su argumentación, era desconocido hasta la década de los años setenta de ese siglo— y el odio religioso hacia los judíos, inspirado por el antagonismo recíprocamente hostil de dos credos en pugna, es evidente que no son la misma cosa; e

para lograr ese fin) y entre aquellos para los que la impotencia ha sido la experiencia más importante de sus vidas

Es como si la Humanidad se hubiera dividido a sí misma entre quienes creen en la omnipotencia humana (los que piensan que todo es posible si uno sabe organizar las masas

En su capítulo final analiza la naturaleza del aislamiento y la soledad como condiciones necesarias para una dominación total

Un actual neototalitarismo amenaza con nuevas destrucciones y ataques a la Humanidad.

grotesca disparidad entre causa y efecto que, introdujo la época del imperialismo

el antisemitismo, llegó a convertirse en el agente catalizador del movimiento nazi y

sus orígenes, que para Hannah Arendt son el antisemitismo y el imperialismo

Resulta completamente característico que los mensajes a todos los niveles recalcaran habitualmente las «obligaciones contraídas con el camarada Stalin», y no con el Régimen, el Partido o el país. Nada subraya quizá más convincentemente las similaridades de los dos sistemas como lo que Ilya Ehrenburg y otros intelectuales estalinianos tuvieron que declarar en sus esfuerzos por justificar su pasado o simplemente por informar sobre lo que pensaban durante la Gran Purga.