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Paul Auster

Un hombre en la oscuridad

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  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Rose Hawthorne no era gran cosa como poeta, ¿verdad?

    No. Bastante horrorosa, en realidad.

    Pero hay un verso..., uno grandioso. Creo que es de lo mejor que he leído nunca.

    ¿Cuál?, me pregunta, volviéndose hacia mí.

    Mientras el peregrino mundo sigue girando.

    Miriam esboza otra gran sonrisa.

    Lo sabía, afirma. Cuando estaba copiando la cita, me dije: Esto le va a gustar. Podrían haberlo escrito para él.

    El peregrino mundo sigue girando, Miriam.

    Muleta en mano, vuelve junto a la cama y se sienta a mi lado.

    Sí, papá, me dice, estudiando a su hija con una sombra de preocupación en la mirada, el peregrino mundo sigue girando.
  • Milena Garcíaciteerde uitvorig jaar
    iba por ahí con la sensación de que mi vida nunca me había pertenecido de verdad, de que siempre había estado ausente de mí mismo, de que jamás había tenido una personalidad real.
  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Casi se me olvida. Anoche leí otro poco de tu libro...

    ¿Y?

    Creo que lo has pillado. Ya no hay dudas, ¿eh? Estás haciendo un trabajo de primera.

    ¿Estás seguro?

    He contado muchas trolas en mis tiempos, pero nunca he mentido sobre libros.

    Miriam sonríe, consciente de las doscientas cincuenta y nueve secretas referencias que se esconden en esa observación, y le devuelvo la sonrisa.
  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Lo real y lo imaginado son una sola cosa. Los pensamientos son reales, incluso las ideas de cosas irreales. Estrellas invisibles, cielo invisible. El sonido de mi aliento, la respiración de Katya. Oraciones antes de acostarse, los ritos de la infancia, la gravedad infantil. Si muero antes de despertar. Qué deprisa va todo. Ayer un niño, hoy un anciano, y desde entonces hasta ahora, ¿cuántos latidos del corazón, cuántas respiraciones, cuántas palabras dichas y escuchadas? Que me toque alguien. Que me pongan la mano en la cara y me hablen...
  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Dormir es un lujo poco frecuente en esta casa, no quiero correr el riesgo de molestarla. Cielo, mundo, estrellas invisibles.
  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    El hombre que sujeta la cabeza se aleja de la cámara, y el cuarto se aproxima con un cuchillo. Uno después de otro, procediendo con gran rapidez y precisión, saca los ojos al chico.

    La cámara sigue filmando unos segundos más, y luego la pantalla se funde en negro.

    Imposible saber cuánto ha durado. Quince minutos. Mil años.
  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Cuando la cabeza se separa finalmente del tronco, el verdugo suelta el hacha, que cae al suelo. El otro quita la capucha a la cabeza de Titus, y luego un tercero agarra bien sus largos cabellos pelirrojos y acerca la cabeza a la cámara. Chorrea sangre por todos lados. Titus ya no es enteramente humano. Ha pasado a ser la idea de una persona, de una persona que no es tal, un objeto muerto y sangrante: une nature morte.
  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Está sentado en una silla con las manos atadas a la espalda, inmóvil, sin hacer esfuerzo alguno por liberarse. Los cuatro hombres del vídeo anterior están a su alrededor, tres de ellos empuñando rifles, el cuarto con una especie de hacha en la mano derecha. Sin señal ni gesto alguno de los otros, el cuarto hombre abate de pronto la cuchilla sobre el cuello de Titus. El muchacho hace un movimiento espasmódico hacia la derecha, la parte superior de su cuerpo se retuerce, y entonces empieza a rezumar sangre por debajo de la capucha. Otro hachazo, esta vez por detrás. La cabeza de Titus cae hacia delante, y ahora la sangre se derrama por todo su cuerpo. Más golpes: por delante y por detrás, a derecha e izquierda, la pálida cuchilla dando tajos más allá del momento de la muerte.
  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Continúo sin entender por qué nos sentimos impulsados los tres a ver la cinta: como si fuera una obligación, una misión sagrada. Los tres sabíamos que iba a obsesionarnos durante lo que nos quedara de vida, y sin embargo creímos que debíamos estar con Titus, mantener los ojos abiertos ante aquel horror, absorberlo con el aire y guardarlo muy dentro: con nosotros, esa muerte solitaria y miserable; con nosotros, la crueldad que conoció en esos últimos momentos; con nosotros y con nadie más, para no abandonarlo en la implacable oscuridad que se lo había tragado.

    Por suerte, no hay sonido.

    Afortunadamente, le han puesto una capucha que le tapa la cabeza.
  • Rafael Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Katya vino al día siguiente a casa de su madre, y dos noches después conectamos su ordenador portátil y vimos el segundo y último vídeo filmado por los secuestradores, uno que sólo podía verse en Internet. Ya sabíamos que Titus estaba muerto. La BRK había hecho una considerable oferta por su liberación, pero como era de esperar (¿por qué pensar lo impensable cuando hay ganancias de por medio?), se habían negado a interrumpir sus operaciones en Irak.
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