Días sin sol

Ahora soy muy consciente de que me tengo a mí misma, y eso, comisario, es mucho

Nosotros, los policías, no somos de piedra. Todos estamos observando con aprensión lo que está pasando en el mundo estos últimos años, y todos tenemos algún familiar o allegado al que han estafado los banqueros, o que se encuentra en paro o arruinado por la avaricia e inutilidad de los políticos y empresarios.
Javier hizo una pausa

Creo, comisario, que ya se lo he dicho: muchas gracias por su colaboración. No lo olvidaré nunca. Y ahora, si no le importa, estoy deseando ver a mi hijo

En ningún momento su voz mostró la más mínima extrañeza ante la kafkiana conversación que había empezado ella

vida por la justicia terminara sus días en una cárcel o atacado por un matón malencarado

El cielo no permitiría que alguien que se había jugado abnegadamente la

ni siquiera había podido hacer saber a todos los españoles de bien quién era el que estaba metiendo en vereda a toda la clase corrupta

César lo único que podría hacer sería estropear el plan con su soberbia y megalomanía

Y usted tampoco está siendo tan inteligente como supuse la última vez que hablamos. Es absolutamente imposible realizar los trámites de una herencia en tan pocos días. Absolutamente. Ya no se trata de poder comprar a los funcionarios que lo lleven. Hay trámites cuyos plazos son irrebatibles. Entiendo que César no lo comprenda, pero no el socio «tan avispado» que parece que se ha buscado

Jodido. Pero orgulloso de tener a mi lado a alguien con los suficientes redaños como para ponerme en mi lugar, sin dorarme la píldora. Llevo muy adentro lo que me dijiste acerca de mis amigos. Nunca me has visto dramatizar, pero ahora sí lo voy a hacer: estate tranquilo, no os voy a fallar.