Caitlin Doughty

De aquí a la eternidad

  • dormiralsolciteerde uit2 maanden geleden
    ituales mortuorios de los wendats.
  • dormiralsolciteerde uit2 maanden geleden
    ste ritual de limpieza fue testimoniado y relatado por Jean de Brébeuf, misionero católico francés
  • dormiralsolciteerde uit2 maanden geleden
    En 1636, dos mil nativos wendats
  • dormiralsolciteerde uit2 maanden geleden
    Ha bastado un siglo para que los estadounidenses olvidemos que, antaño, los funerales eran un asunto que gestionaban las familias y su entorno.
  • dormiralsolciteerde uit2 maanden geleden
    n los Estados Unidos, donde resido, la muerte se convirtió en un gran negocio durante el cambio del siglo XIX al XX
  • dormiralsolciteerde uit2 maanden geleden
    lgunos creen que un cuerpo sin vida debe embalsamarse por razones de salubridad (falso) o que solo deben manipularlo personas preparadas para ello (también falso).
  • dormiralsolciteerde uit2 maanden geleden
    l cadáver queda a cargo de la hija. No es responsabilidad de cuidados paliativos, del hospital ni de la residencia, y desde luego tampoco de la funeraria.
  • Alicia M. Maresciteerde uit3 jaar geleden
    Jamás nos devolverán nuestros rituales si no nos ocupamos nosotros de pedirlos. Reivindiquémoslos y el ritual regresará. Pidamos acudir a las incineraciones, insistamos en estar presentes en el entierro. Busquemos implicarnos, aunque sea únicamente cepillando el pelo a nuestra madre mientras yace en el ataúd. Insistamos en aplicarle su tono favorito de lápiz de labios, ese que se habría llevado a la tumba. Insistamos en cortarle un mechón de pelo para guardarlo en un anillo o un relicario. No tengamos miedo. Son actos humanos, actos de valentía y de amor frente a la muerte y la pérdida.
  • Alicia M. Maresciteerde uit3 jaar geleden
    Yo no había viajado a La Paz para determinar si las ñatitas tienen auténticos poderes mágicos. Me interesaban más las mujeres como doña Ely o doña Ana, y los centenares de personas que acuden a esta celebración, que se valen de su relación de cercanía con la muerte para arrebatar el privilegio de la línea directa con lo divino a los líderes varones de la Iglesia católica.
  • Alicia M. Maresciteerde uit3 jaar geleden
    Mi padre era geólogo y cuando yo era joven lo acompañábamos a veces a visitar las minas. En una de esas visitas, fui testigo del sacrificio de una llama, algo que habían exigido los mineros. Querían tener contento al Tío, señor del inframundo. Esos rastros de lo mágico siguen viéndose por doquier».
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