Es evidente que en el primer término se encuentra Rodión Romanovitch Raskolnikoff. Hay que asegurarle la felicidad, suministrarle medios para terminar sus estudios universitarios, que llegue a ser el socio de Ludjin, que alcance, si es posible, la fortuna, el renombre y la gloria. ¿Y la madre? Ella no ve más que a su hijo, a su primogénito. ¿Cómo no ha de sacrificar su hija a este hijo, objeto de sus predilecciones? ¡Corazones tiernos, pero injustos