En su cargo de rastreador de los SnowDancer, es labor de Drew Kincaid vigilar a los cambiantes renegados que han perdido el control de su parte animal. Pero nadie le ha preparado para la batalla que ahora debe librar para ganarse el corazón de la mujer que hace arder su cuerpo… y que amenaza con esclavizar a su lobo interior. Además, la teniente Indigo Riviere, la hembra más dominante de la manada, no suele conceder privilegios de piel a la ligera y la última persona a quien esperaba desear insaciablemente es al macho más pícaro y desvergonzado de toda la guarida. Por un lado, su parte racional le grita que retroceda antes de que las llamas abrasen a los dos, pero no ha contado con la fuerza de voluntad y el juego de seducción de Drew.