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John Keane

Vida y muerte de la democracia

Revisión histórica heterodoxa de la democracia, de sus orígenes y de sus mitos fundacionales.

Dividido en tres partes, este libro aborda los diferentes tipos de democracia que se han instaurado en cada época de la historia y sus características. Rastrea los orígenes de esta forma de organización en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia. Revisa los principales ideales acerca de la naturaleza de la democracia representativa, permeada por los idearios de la ilustración del siglo XVIII, y las formas que ésta ha adoptado.

Finalmente, introduce una nueva forma de democracia que se gesta a partir de la segunda mitad del siglo XX y que el autor concibe como democracia monitorizada.
1.766 afgedrukte pagina’s
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Bookwire
Oorspronkelijke uitgave
2018
Jaar van uitgave
2018
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Citaten

  • Adal Cortezciteerde uit7 maanden geleden
    El novelista sudafricano Njabulo Ndebele (n. 1948) me lo dijo así:
    La democracia desdibuja la relación entre certeza e incertidumbre. Hace que la gente se acostumbre a la experiencia de formular una postura en la mañana, cambie de opinión en la tarde, se enoje, se duerma pensando al respecto y se sienta diferente de nuevo sobre lo mismo al día siguiente. La democracia engendra la posibilidad: se amplían los horizontes de la gente de lo que es pensable y viable, y por esta razón es emocionante, irritante, y está salpicada de momentos difíciles, conflictivos, terribles y hermosos.
  • Adal Cortezciteerde uit7 maanden geleden
    Una prioridad vital es el control ejecutivo de la comunicación política. Ayuda ser un gran actor en el campo de las telecomunicaciones; mejor aún, poseerlas todas. Al estar en el gobierno, conformar un equipo de relaciones públicas tenaz y eficaz para refutar todo; hacer que cultiven la imagen del primer ministro como un hombre dedicado, trabajador y autosuficiente, un líder en quien todos puedan reconocer un poco de sí mismos, y que deseen ser. Otorgar a los periodistas acceso a los planes gubernamentales a cambio de una cobertura favorable. Advertir a los burócratas de alto rango que se requiere que informen de todo contacto con los periodistas a la oficina del primer ministro. Detener las fugas de información de los burócratas retirados o en servicio; denominar a esto “sabotaje democrático” (Howard), y explicar que filtrar información es malo porque quebranta la tradición de fidelidad y confidencialidad de la que depende la provisión de asesoramiento franco y valiente de los servidores públicos a los políticos.
  • Adal Cortezciteerde uit7 maanden geleden
    La democracia monitorizada sin duda se nutre de la abundancia comunicativa, pero uno de sus efectos más perversos es alentar a los individuos a escapar de la gran complejidad del mundo metiendo la cabeza, como los avestruces, en las arenas de la ignorancia deliberada, o a flotar cínicamente en las mareas y torbellinos de la moda: cambiar de opinión, hablar y actuar con ligereza, aceptar e incluso celebrar los opuestos, decir adiós a la veracidad, caer en los brazos de lo que algunos llaman razonablemente “estupideces”.
    Las ilusiones tontas, el cinismo y el descontento se cuentan entre las mayores tentaciones que los ciudadanos y sus representantes elegidos y no elegidos enfrentan. Determinar si la democracia monitorizada ha de sobrevivir o no a sus letales efectos es algo que tendrá que decírnoslo un valiente historiador del futuro.

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