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Alessandro Baricco

Mr Gwyn

  • Vilma Rodriguezciteerde uit9 maanden geleden
    Como suele suceder, tardaron un tiempo en acordarse de que, cuando alguien muere, a los demás les corresponde vivir también por ellos –y no hay nada más que resulte adecuado.
  • Mariana Aguilarciteerde uit6 maanden geleden
    cuatro pobres diablos no iban a ser suficientes para que cesaran sus ganas de estudiar y de escribir.
  • Vilma Rodriguezciteerde uit8 maanden geleden
    Lo último que oyó fue la voz de la señora del fular impermeable. Menuda forma de trabajar, decía
  • Vilma Rodriguezciteerde uit8 maanden geleden
    la señora del fular impermeable, que pedía explicaciones, Jasper Gwyn llegó a explicarle que había algo hipnótico en todo aquello, afín a los efectos de una droga. Yo no exageraría tanto, dijo la anciana. Y le recordó que, en el fondo, se trataba de un trabajo, su trabajo como copista. Mejor piense usted en hacer algo que sea bueno, añadió, si no, me voy derechita a buscar a mis estudiantes.
    –¿Cuántos días faltan?, preguntó Jasper Gwyn.
    –Unos veinte, me parece.
    –Tengo tiempo.
    –¿Ha escrito algo ya?
    –Apuntes. Nada que tenga sentido leer.
    –Si yo fuera usted no estaría tan tranquila.
    –No estoy tranquilo. Sólo he dicho que tengo tiempo. Pensaba ponerme histérico dentro de unos días.
    –Vosotros los jóvenes: siempre posponiendo las cosas
  • Vilma Rodriguezciteerde uit8 maanden geleden
    Qué tal, cómo ha ido?, preguntó la señora del fular impermeable.
    –No lo sé.
    –Esa chica vale mucho.
    –No estoy seguro de que vuelva.
    –¿Y eso por qué?
    –Es todo tan absurdo.
    –¿Y qué?
    –No estoy seguro ni yo mismo de volver.
    Pero al día siguiente volvió
  • Vilma Rodriguezciteerde uit8 maanden geleden
    De hecho, desde que publicara la lista de las cincuenta y dos cosas que no volvería a hacer nunca más, Jasper Gwyn había acabado deslizándose hacia un aislamiento que otros interpretarían como un declive pero que él tendía a vivir como un alivio. Se había convencido de que tras doce años de exposición pública innatural, inevitable dado su trabajo como escritor, le correspondía alguna forma de convalecencia. Imaginaba, probablemente, que cuando empezara de nuevo a trabajar, en su nueva ocupación de copista, todos los retazos de su vida se despertarían otra vez y se recompondrían formando un cuadro nuevamente presentable. Así, cuando Jasper Gwyn salió de casa, ese lunes, lo hizo con la certeza de que no estaba entrando simplemente en el primer día de su nuevo trabajo, sino en una nueva estación de su existencia
  • Vilma Rodriguezciteerde uit8 maanden geleden
    Luego se quedaron un buen rato en silencio, cada uno en sus pensamientos: parecían una de esas parejas que llevan tanto tiempo queriéndose que ya no necesitan hablar
  • Vilma Rodriguezciteerde uit8 maanden geleden
    Me gustaría que posara usted desnuda, porque creo que se trata de una condición inevitable para el éxito del retrato.
    Esto se lo había preparado delante del espejo. Las palabras se las había limado la señora del fular impermeable
  • Vilma Rodriguezciteerde uit8 maanden geleden
    Te he dicho ya que te quiero mucho?
    –Esta noche no.
    –Qué raro.
    Estuvieron todavía unos diez minutos más soltando gansadas. Dos críos de dieciséis años
  • Vilma Rodriguezciteerde uit8 maanden geleden
    Tom se puso las gafas. En aquellas circunstancias, era su manera de abrir la oficina
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