El Alquimista de Paulo Coelho (Guía de lectura)

Para ayudarle, le regala dos piedras de adivinación: Urim y Tumim.
Entonces, Santiago se va a África, a Tánger. No entiende ni la lengua árabe ni las «cosas infieles» (primera parte) locales. Por su inocencia le roban el dinero. Decide aun así seguir las señales y continuar su viaje. A la mañana siguiente se encuentra con un vendedor de cristales y limpia su mercancía a cambio de comida. Al final éste le propone que trabaje para él para obtener el dinero necesario para reanudar su periplo. Como está decidido a hacer lo que sea necesario para hacer realidad su Leyenda Personal, Santiago acepta quedarse el tiempo que haga falta.
Intenta proponerle nuevas cosas para mejorar su trabajo, pero

las innovaciones: no entiende esta necesidad de cambio. Le pregunta al joven pastor las razones que le empujan a querer llegar a las pirámides cuando podría construir una en su jardín. Santiago le responde «Usted nunca soñó con viajar» (primera parte).
Entonces el vendedor le explica las cinco obligaciones del Islam entre las que se encuentra el peregrinaje a la Meca. Dice que prefiere soñar con este viaje en lugar de hacerlo, porque tiene miedo de no tener razón de vivir una vez haberlo hecho.
Once meses y nueve días después de su llegada, Santiago anuncia su partida al vendedor. Reemprende su marcha y se encuentra por el camino a un Inglés en busca

RESUMEN
El Alquimista descubre una antología de Oscar Wilde (escritor irlandés, 1854-1900) en la que lee un texto inspirado en la leyenda de Narciso con el final cambiado: el lago llora la muerte del joven en los ojos del que amaba contemplar su reflejo.
Santiago, un joven pastor con ganas de descubrimientos, se detiene en una vieja iglesia para pasar la noche. Se alegra con la idea de encontrar próximamente a una joven que le había cautivado el año anterior. Dos flashbacks cuentan este encuentro, así como la decisión de Santiago de ser pastor para descubrir el mundo, tomando así las riendas de su destino.
Una noche, sueña que un niño le conduce a las pirámides de Egipto y le dice: «Si vienes hasta aquí, encontrarás un tesoro escondido». Pero Santiago se despierta antes de conocer el lugar exacto. En Tarifa, una adivina acepta interpretarle el sueño, pero reclama una décima parte del tesoro.
Tras este encuentro, un anciano que asegura ser rey de Salem le aborda y le propone indicarle cómo conseguir el tesoro escondido a cambio de la décima parte de su rebaño. Según él, este tesoro constituye la Leyenda Personal del pastor, la misión que debe cumplir en la Tierra. Gracias a él, Santiago decide comenzar su búsqueda.
Los dos hombres se vuelven a ver a la mañana siguiente. El rey le aconseja a Santiago que esté atento a las señales y de que desde ese momento tome las decisiones solo.