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Alex Michaelides

Las Doncellas

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  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    Mariana sospechaba que Julian tenía razón: Tara conocía a su asesino. Así que tendría que descubrir sus secretos, cosa que no debería resultar muy complicada. En grupos como ese, una pequeña comunidad cerrada, los chismorreos eran algo muy extendido y la gente tenía un conocimiento muy íntimo de las vidas privadas de los demás. Si había algo de cierto en esa aventura que Tara afirmó tener con Edward Fosca, por ejemplo, seguro que correrían rumores al respecto. Siempre se podía aprender de lo que los demás estuvieran dispuestos a contar. Por ahí empezaría Mariana, por hacer preguntas.
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    Para Mariana, aquella era la clave, el sufrimiento, su intuición de que esos monstruos también padecían. Pensar en ellos como víctimas le permitía adoptar una perspectiva más racional, y también más compasiva. La psicopatía y el sadismo nunca surgían de la nada. No eran un virus que infectaba a cualquier persona así como así. Solían contar con un largo historial en la infancia.
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    Henry, son circunstancias ajenas a mi control…

    —¿Y yo qué? Te necesito, Mariana. Eso también es ajeno a mi control. Están sucediendo cosas. Me…, me estoy ahogando aquí…

    —¿Qué ocurre? ¿Qué ha pasado?

    —No puedo contártelo por teléfono. Te necesito. ¿Por qué… no estás en casa?
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    ¿Por qué estoy tan asustado?

    La respuesta debe de esconderse en algún lugar.

    Y sé dónde debo buscarla
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    Sus amigas?

    —Así es. Un grupo de jovencitas bastante… provocador.

    —¿Provocador? Una palabra curiosa.

    —Si usted lo dice.

    Mariana se preguntó por qué el joven se mostraba tan ostensiblemente prudente.

    —¿A qué se refiere con lo de provocador?

    Morris sonrió.

    —Solo a que son un poco… escandalosas, no sé si me entiende. Hemos tenido que estar muy pendientes de ellas, y de sus fiestas. Me he visto obligado a ponerles fin varias veces. Las cosas que se les ocurren…
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    Mariana negó con la cabeza.

    —Si te soy sincera, no veo ningún futuro… Ni eso ni nada. Todo está… —buscó la expresión adecuada, y le vino a la memoria—: Tras un velo. ¿De dónde es lo de «Tras el velo, tras el velo…»?
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    Los griegos tenían una palabra para eso, ¿sabes? Para ese tipo de ira.

    Aquello despertó la curiosidad de Mariana.

    —¿Ah, sí?

    —Menis. No tiene una equivalencia exacta en inglés. Como recordarás, Homero empieza la Ilíada con: «μῆνιν ἄειδε θεὰ Πηληϊάδεω Ἀχιλῆος». «Canta, oh, diosa, la menis de Aquiles».
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    —Que alguien sea capaz de ejercer tanta violencia es espeluznante, es algo que nunca llegaré a entender —Clarissa la señaló con la pipa.
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    —No hay… nada. De verdad.

    Mariana se dio la vuelta para ver qué había atraído la atención de Zoe. Allí, junto a la entrada de la capilla, se encontraba el profesor Fosca con su séquito, las bellezas vestidas de blanco, que mantenían una animada conversación entre susurros.

    Fosca estaba encendiéndose un cigarrillo. Sus miradas coincidieron a través del humo, y se observaron unos instantes.
  • Vico Guerraciteerde uit2 jaar geleden
    —Tal vez te iría bien alejarte de aquí.

    —No puedo salir corriendo. No cambiaría nada. ¿Eso es lo que crees que propondría Sebastian?

    —No —reconoció Mariana, irritada de pronto—, pero yo no soy él.

    —No, no lo eres —replicó Zoe, igualmente molesta—. Sebastian querría que te quedaras. Eso es lo que propondría.
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