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Irene Solà

Te di ojos y miraste las tinieblas

  • Cristinaciteerde uitvorig jaar
    Pero a la vieja, que dormía como una fruta podrida caída del árbol, sobre todo la vigilaba. Porque Margarida quería estar ahí cuando Bernadeta se muriera. Quería verlo. Quería ver cómo se le negaban la salvación y la gracia divina por haber andado tantas veces con el diablo.
  • Berenice Torresciteerde uit2 jaar geleden
    Lo entendió. Comprendió que todo tiene su precio. Y que el precio siempre es demasiado caro.
  • Mitzi Camposciteerde uitvorig jaar
    Había nacido, como todas las cosas que nacen. Pero Marta no se había muerto. Todavía. Como todas las cosas que mueren
  • IA zatosciteerde uit7 maanden geleden
    Le gustaban los dichos del amo. «Mujer peluda, al diablo ayuda», «Cuando el demonio no puede, manda a la mujer», «Cuando el diablo duda, a la mujer pregunta», «Donde no hay mujeres las lleva el diablo».
  • Lou Lamagaciteerde uitvorig jaar
    Pero entonces Margarida lo entendió. Con el corazón en un puño. La cama de sus hijos estaba vacía y las mantas, frías, y Margarida lo entendió. Sabía que, por culpa del pacto que Joana había hecho y deshecho con el diablo, a ella le faltaba un cuarto de corazón y a Blanca le faltaba la lengua. Que aquella hermana suya amarillenta que se llamaba Esperança había nacido sin hígado. Al heredero le había faltado el agujero del culo. A Esteve, una oreja, a Guilla, el nombre, a Àngela, el dolor, a Martí el Coix, medio palmo de una pierna, y a Bernadeta, las pestañas, y después entendería que a
  • A- Ortegaciteerde uit3 uur geleden
    Pero que Dolça supiera tan poca cosa de esas guerras y de los países que habían participado en esas guerras, que habían sido las guerras más importantes del siglo, era terrible, le decía, porque si todo el mundo las olvidaba, si nadie se acordaba de ellas, de esas guerras, volverían a quemar a doscientos niños y a doscientas mujeres como si tal cosa.
  • A- Ortegaciteerde uit3 uur geleden
    «Aunque lo peor de todo», musitó, «no es morirse. Todos nos tenemos que morir un día u otro. Lo peor es la soledad.»
  • A- Ortegaciteerde uit3 uur geleden
    Dolça entendió enseguida que cuando los niños y los chicos se juntaban decían cosas crueles, pero, de uno en uno, decían cosas bonitas
  • A- Ortegaciteerde uitgisteren
    la carencia que ella le buscaba y le buscaba cuando era pequeño y no le encontraba, porque estaba escondida, era el amor que un hijo debe sentir por su madre.
  • A- Ortegaciteerde uitgisteren
    , «La mayor suerte de una mujer es tener hijos», pero a Àngela no le pareció una suerte parir revoltijos de huesos blandos y carne floja que no se las apañaban por sí solos
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