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Selva Almada

Chicas muertas

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  • crysel Mandujano Centenociteerde uit2 maanden geleden
    esa mujer ¿por qué grita?

    andá a saber

    mirá que flores bonitas

    ¿por qué grita?

    jacintos margaritas

    ¿por qué?

    ¿por qué qué?

    ¿por qué grita esa mujer?

    SUSANA THÉNON
  • Lucy Sotociteerde uit8 maanden geleden
    la casa de cualquier adolescente, no era el lugar más seguro del mundo.
  • Lucy Sotociteerde uit8 maanden geleden
    Mi casa, la casa de cualquier adolescente, no era el lugar más seguro del mundo.
  • Yunuen Barbosaciteerde uit2 jaar geleden
    ningún ser humano es menos importante que el peor acto que haya realizado; y fue duramente criticada por estas palabras. Tampoco aceptamos la piedad de una madre.
  • Yunuen Barbosaciteerde uit2 jaar geleden
    De una madre con una hija muerta esperamos, al parecer, que se arranque los pelos, que llore desconsoladamente, que agite el brazo pidiendo venganza.
  • Yunuen Barbosaciteerde uit2 jaar geleden
    Yo creo que lo que tenemos que conseguir es reconstruir cómo el mundo las miraba a ellas. Si logramos saber cómo eran miradas, vamos a saber cuál era la mirada que ellas tenían sobre el mundo ¿entendés?
  • Yunuen Barbosaciteerde uit2 jaar geleden
    . La capitana del equipo femenino de vóley se sobrepuso a la novia ilusionada y cortó la relación. Por supuesto, Juan no se lo tomó con calma. A los ruegos y juramentos apasionados, siguieron las amenazas.
  • Yunuen Barbosaciteerde uit2 jaar geleden
    Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que su novio se mostrara tal cual era: un macho posesivo, celoso, violento. Rosa, enamorada y todo, era una mujer de carácter.
  • Yunuen Barbosaciteerde uit2 jaar geleden
    Me crie escuchando a las mujeres grandes comentar escenas así en voz baja, como si las avergonzara la situación de la pobre desgraciada o como si ellas también le temieran al golpeador.
  • Yunuen Barbosaciteerde uit2 jaar geleden
    El Sátiro era una entidad tan mágica como, en los primeros años de la infancia, la Solapa o el Viejo de la Bolsa. Era el que podía violarte si andabas sola a deshora o si te aventurabas por sitios desolados. El que podía aparecer de golpe y arrastrarte hasta alguna obra en construcción. Nunca nos dijeron que podía violarte tu marido, tu papá, tu hermano, tu primo, tu vecino, tu abuelo, tu maestro. Un varón en el que depositaras toda tu confianza.
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