El muelle de Ouistreham

Hay que saber mantenerse abajo para tener éxito.

–En cualquier empresa os encontraréis con muchas personas que no os darán los buenos días, o que no os responderán. No es razón para bajar la cabeza y poner mala cara. Hay que saber controlarse.

En todas partes ocurre lo mismo: no hay sitio para todos.

No sé dónde sentarme, ni siquiera dónde dejar el bolso.
–¿Acabas de mudarte? –le pregunto.
–No, acabo de divorciarme.

Se volvió alcohólica, pero él tardó en darse cuenta. Desde entonces no sirve vino cuando recibe a mujeres. Es como una prueba.

Philippe busca trabajo desde hace seis meses. Agotamos el tema enseguida:
–Yo ya he estado sin trabajo otras veces, pero siempre he terminado encontrando algo. ¿Y tú? ¿Es tu primer paro? Ya verás, a partir del segundo da menos miedo. Ya no te mueres por ello, sabes qué hacer. Eso sí, a condición de que aceptes empezar desde cero.

En realidad, no hay ningún trabajo al final del proceso.

Un agente de una empresa de inserción propone la celebración de «entrevistas de trabajo exprés» en tono de charlatán de feria:
–Cada cual se sienta frente a un empleador y tiene un minuto para venderse. Acérquense.

hombre dice que quizá se pongan en contacto conmigo, enfatizando mucho el «quizá».

–¿Tú qué pones en la pregunta: «¿En qué trabajo te ves dentro de diez años?»?
–Yo me he dejado ir y he puesto «cajera». ¿Te imaginas la cara que pondría mi familia si llego a casa esta tarde y les suelto: «Dentro de diez años seré cajera»?