Craig Groeschel

Desintoxicación espiritual

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  • Diana Monguiciteerde uit4 jaar geleden
    La tendencia a convertir juicios humanos en mandamientos divinos hace de la religión una de las fuerzas más peligrosas en el mundo.

    —Georgia Harkness
  • Willson Barrientosciteerde uit5 jaar geleden
    Santiago lo dijo bien en 1.22: «No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica».

    Cuando conocemos la Palabra y no hacemos lo que dice, estamos en desobediencia directa a Dios, viviendo una vida tóxica que Él no puede bendecir. Cuando Dios le muestre qué hacer, hágalo de inmediato. He oído decir que «la obediencia retrasada es desobediencia».
  • Willson Barrientosciteerde uit5 jaar geleden
    A veces, si realmente queremos cambiar debemos pedir a Dios que nos muestre lo que es cierto con respecto a cómo estamos pensando, hablando y viviendo.
  • Willson Barrientosciteerde uit5 jaar geleden
    Todo cuenta.

    Todo lo que permitamos entrar en nuestra mente, corazón y vida, todo en lo que empleemos nuestro tiempo y nuestro dinero, tiene un impacto en el modo en que crecemos, o no crecemos, espiritualmente. Como nos recuerda el viejo adagio de la computación: basura dentro, basura fuera. Al igual que somos lo que comemos físicamente, también somos lo que consumimos espiritualmente. Si no supervisamos y ajustamos nuestra dieta en consecuencia, nuestras almas están en peligro de absorber cada vez más veneno letal.

    Aguas turbias
    La Biblia nos recuerda regularmente que comprobemos nuestra dieta espiritual en busca de toxinas. Proverbios 25.26 dice: «Manantial turbio, contaminado pozo, es el justo que flaquea ante el impío». ¿Cuán turbia está su agua en este momento? ¿Está su pozo contaminado por todas las toxinas culturales que se meten en él? ¿O tiene su pozo espiritual el Agua viva como su fuente pura y que sacia la sed? Quizá sea usted cristiano, ha sido hecho justo por medio de Cristo, y sin embargo se ha convertido en un manantial turbio o en un pozo contaminado, y ni siquiera se ha dado cuenta.

    Podría creer: «Mis pensamientos no importan. Mientras se mantengan encerrados dentro de mi cabeza, no hacen daño a nadie. Todos pensamos en cosas que nunca haríamos, ¿cierto?». Y mientras tanto, sus pensamientos negativos están silenciosamente envenenando su alma, derramando mentiras en su suministro de agua espiritual. Desgraciadamente, nuestros pensamientos no se limitan a quedarse en nuestra cabeza, desconectados de nuestras palabras y nuestras acciones. Pensamientos poco sanos con frecuencia conducen a palabras poco sanas
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