Por lo tanto, mientras no tengas claro cuál es tu deseo y tu motivación, abandonarás cualquier nueva ruta que hayas diseñado en aras de mejorar tu vida. Si el poder de tus motivos o deseos no es lo bastante intenso, si la determinación de tu entrega no es lo suficientemente sólida, acabarás como quienes hacen buenos propósitos en Año Nuevo, es decir, renunciarás a la primera oportunidad y volverás a tu práctica sonámbula de elegir mal.