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Boeken
Charles Dickens

Canción de Navidad

  • Mariana Nomásciteerde uit3 jaar geleden
    Algunos se rieron al verle cambiado; pero él les dejó reír y no se preocupó, pues era lo bastante juicioso para saber que nunca sucedió nada bueno en este planeta que no empezara por hacer reír a algunos. Y comprendiendo que aquéllos estaban ciegos, pensó que tanto vale que arruguen los ojos a fuerza de reír, como que la enfermedad se manifiesta en forma menos atractiva. Su propio corazón reía, y con eso tenía bastante.
  • Mariana Nomásciteerde uit3 jaar geleden
    Al llegar al umbral, sonrió el Espíritu y se detuvo para bendecir la morada de Bob Cratchit con las salpicaduras de su antorcha. Bob sólo cobraba quince semanales: cada sábado sólo embolsaba quince ejemplares de su nombre, y, sin embargo, el Espectro de la Navidad Presente no dejó por ello de bendecir su morada, que se componía de cuatro pie
  • Mariana Nomásciteerde uit3 jaar geleden
    Cerró el despacho en un instante, y el dependiente, con los largos extremos de su bufanda blanca colgando hasta más abajo de la cintura (pues no presumía de abrigo), bajó veinte veces un resbaladero en Cornhill, al final de una calle llena de muchachos, para celebrar la Nochebuena, y luego salió corriendo hacia su casa de Camden-Town, para jugar a la gallina ciega.
  • Mariana Nomásciteerde uit3 jaar geleden
    —Este otro que tal —murmuró Scrooge, que le oyó—; un dependiente con quince chelines a la semana, con mujer y con hijos hablando de la alegre Navidad. Es para llevarle a una casa de locos
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