es
Sergio Hernández

Hibakusha

Meld me wanneer het boek is toegevoegd
Dit boek lezen upload een EPUB- of FB2-bestand naar Bookmate. Hoe kan ik een boek uploaden?
Este testimonio de Yasuaki Yamashita, sobreviviente de la bomba atómica lanzada en 1945 en la ciudad de Nagasaki, es una gran muestra del espíritu de supervivencia humano en situaciones críticas. Y deja una clara sensación de que en la guerra el drama no termina en el campo de batalla, sino que sus consecuencias persiguen a la humanidad, aún en la reconstrucción.
Dit boek is momenteel niet beschikbaar
37 afgedrukte pagina’s
Auteursrechteigenaar
Bookwire
Oorspronkelijke uitgave
2021
Jaar van uitgave
2021
Artiest
Edu Molina
Hebt u het al gelezen? Wat vindt u ervan?
👍👎

Citaten

  • Josué Osbourneciteerde uit8 maanden geleden
    Las mujeres no podían soportar tal trato tan inhumano. Muchas decidieron irse de este mundo por la puerta falsa: se suicidaron. Muchas mujeres se suicidaron, y hombres también; personalmente sufrí mientras trabajaba en el hospital. Me decían cosas: que yo no era gente normal, que yo también estaba contagiado de radiactividad. En una ocasión, una compañera, en una reunión del hospital, mencionó frente a toda la gente que ella jamás se casaría con un sobreviviente.
  • Josué Osbourneciteerde uit8 maanden geleden
    La gente estaba caminando como fantasmas. Si yo dijera que eso era algún infierno, yo vi el infierno ese día, pero no es suficiente esa palabra; mucho más que eso: cruel, grotesco, desolación total. No existe alguna palabra que pudiera representar ese horror, esa desolación. Es imposible describir exactamente esa imagen
  • Josué Osbourneciteerde uit8 maanden geleden
    Cuando llegamos al refugio ya se encontraban en ese lugar decenas de vecinos. Todo el mundo estaba preocupado y asustado. Poco tiempo después llegaron mis amigos que habían ido a la montaña. Uno de ellos tenía su espalda completamente destrozada, quemada por la explosión que recibió directamente en la montaña. Mi amigo sufrió porque no había médico, no había enfermeras, no había medicinas. Murió en los siguientes días; su cuerpo estaba infectado de gusanos.

    Desde el refugio podíamos

Op de boekenplanken

fb2epub
Sleep je bestanden hiernaartoe (maximaal 5 per keer)