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Andrés Montero

La muerte viene estilando

Quedarse en pana en medio del campo chileno es también enredarse en su mitología. Abrir este libro es eso: escapar de la angustia cotidiana para desprenderse hacia un mundo anacrónico, desconocido.

El fundo Las Nalcas, los patrones y sus hijos, arrieros, potros chúcaros, pescadores, bandoleros y viejos que antes de partir siguen jugando al truco. Sus historias, cruzadas a través de todos los relatos, bajo el manto de una prosa líquida tan fluida como refrescante, discurren sin formas, sin predestinaciones, pero con un sentido único. Lo cierto es que la muerte, como la lluvia, siempre caerá.

Después de publicar las novelas Tony Ninguno y Taguada, el narrador chileno Andrés Montero, ganador del Premio Iberoamericano de Novela de la Ciudad de México Elena Poniatowska 2017, continúa profundizando desde la literatura en la tradición oral y los fantasmas que esperan lejos del tejido urbano y las oficinas.
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109 afgedrukte pagina’s
Auteursrechteigenaar
La pollera
Oorspronkelijke uitgave
2021
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Impressies

  • Ceciliuxdeelde een impressie5 maanden geleden
    👍De moeite van het lezen waard
    🔮Verborgen diepten
    🎯De moeite waard
    🚀Verslavend
    🐼Schattig
    💧Tranentrekkend

    Joya, joya.

  • Tita Garcíadeelde een impressie2 jaar geleden
    👍De moeite van het lezen waard

    Conmovedor y preciso

  • Ferchusdeelde een impressie2 maanden geleden
    👍De moeite van het lezen waard

Citaten

  • Ferchusciteerde uit2 maanden geleden
    no me preocupa que cuando yo muera a usted mismo le cueste recordar mi cara y mi voz. ¿Sabe por qué? Porque lo tuve a usted en mis brazos, y porque aprendí a tejer con mi madre, y porque me he tomado miles de agüitas mirando el mar. Eso nadie lo sabe y a nadie le importa y por lo mismo está claro que nadie lo va a recordar, pero yo lo tengo acá adentro, y cuando venga la muerte la podré mirar y preguntarle cuántos hijos tuvo ella, cuántas cucharadas de azúcar le puso a sus tecitos, cuántas veces vio una gaviota lanzarse en picada al mar y salir de vuelta hacia el cielo con un pescado. Y la muerte no me va a poder decir nada, porque la muerte es eso: la muerte. La muerte es la envidiosa de los que tuvimos una vida
  • Ferchusciteerde uit2 maanden geleden
    me preocupa que cuando yo muera a usted mismo le cueste recordar mi cara y mi voz. ¿Sabe por qué? Porque lo tuve a usted en mis brazos, y porque aprendí a tejer con mi madre, y porque me he tomado miles de agüitas mirando el mar. Eso nadie lo sabe y a nadie le importa y por lo mismo está claro que nadie lo va a recordar, pero yo lo tengo acá adentro, y cuando venga la muerte la podré mirar y preguntarle cuántos hijos tuvo ella, cuántas cucharadas de azúcar le puso a sus tecitos, cuántas veces vio una gaviota lanzarse en picada al mar y salir de vuelta hacia el cielo con un pescado. Y la muerte no me va a poder decir nada, porque la muerte es eso: la muerte. La muerte es la envidiosa de los que tuvimos una vida
  • Agustina Chavezciteerde uit19 uur geleden
    Vi una bencinera en el camino; en vez de detenerme pasé de largo, arrastrado por algo que podía ser la locura o, mucho más probable, la certeza dolorosa de que mi vida había tocado fondo hace muchos años y no tenía absolutamente nada que perder, mucho menos algo que ganar.

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