Las cavidades

Va a ser una cicatriz bonita

La mirada de una mujer que observa el estropicio del cuerpo como si fuera una pérdida más en la guerra sin fin de la vida.

era incapaz de sentir cualquier cosa que no fuera el escozor del vacío, justo en el borde donde finalizaba su cuerpo y aquel otro borde donde empezaban sus ideas.

Que las tetas ya no eran sujetos democráticos del erotismo, sino objetos de las ansias devoradoras de la recién nacida.

mientras el médico rasgaba, suturaba, metía y sacaba mano, es decir, mientras aquel matarife con un diploma que lo acuñaba como dios en la tierra hacía su labor.

sacar de allá adentro un nuevo producto que, por falta de referencias más exactas, se llamará hijo o hija.

Pero esos otros lugares del mundo que existen en las anécdotas y los periódicos no son ese lugar del mundo en el que Aricia vive.

La mirada de una mujer que observa el estropicio del cuerpo como si fuera una pérdida más en la guerra sin fin de la vida

Es más, no tienes conciencia porque te conviertes en el verdadero ser atado al dolor y al orgasmo.

cabeza era ya una idea errante en el espacio y se movía lent