Acudía con frecuencia a sus habitaciones para verlas y solía preguntarles qué habían aprendido durante el día. Cuando se daba por satisfecho, las elogiaba, las besaba y en ocasiones les hacía un regalo.
Karen Retanaciteerde uit3 jaar geleden
«Toda mi vida he tenido esta tendencia a ceder solo ante la delicadeza y la razón; y a resistirme a cualquier presión».[8].