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Boeken
Luciano Onetti

Todos mueren los domingos

«Todos mueren los domingos es más que una mera antología de cuentos entretenida. Alcanza una deslumbrante variedad de historias que condensan situaciones desquiciadas en un repertorio que varía entre lo estrafalario y lo macabro. Insólitos relatos retorcidos e impredecibles, teñidos por el humor negro y mordaz de un autor con habilidad para guiar la imaginación hacia una atmósfera que estremecerá al lector y lo sumergirá en un verdadero viaje a lo más escabroso de su mente: esa que sabe reírse de la muerte.

«El libro que tiene en sus manos no le revelará horrores ajenos, como lo hacen todos los demás, es mucho más peligroso. Usted percibirá como propias cada una de las atrocidades que transcurren en las historias. Por eso es que este libro es mucho peor que cualquier otro, porque es un espejo que nos hace saber cuán retorcidas están nuestras mentes.»
Cristian Acevedo
Autor del libro Matilde debe morir

«Esta serie de relatos se inscriben en varias tradiciones revisadas. El informe Lovecraftiano, el gótico, King y siguen las firmas. Claro, todo con el humor negro y la cuota personal de Luciano Onetti. Van a tener miedo, reír y extrañarse. Pero seguro no van a poder parar de leer hasta el final. ¡Que vengan más, salud!»
Sebastián De Caro
Director de cine y escritor"
122 afgedrukte pagina’s
Auteursrechteigenaar
Bookwire
Oorspronkelijke uitgave
2021
Jaar van uitgave
2021
Uitgeverij
Bärenhaus
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👍👎

Impressies

  • Gastondeelde een impressie3 jaar geleden
    🌴Mooi tussendoortje

    Entretenido

Citaten

  • elliot barbozaciteerde uitvorige maand
    “El libro que tiene en sus manos no le revelará horrores ajenos, como lo hacen todos los demás, es mucho más peligroso. Usted percibirá como propias cada una de las atrocidades que transcurren en las historias. Por eso es que este libro es mucho peor que cualquier otro, porque es un espejo que nos hace saber cuán retorcidas están nuestras mentes.”
  • Fernanda Orozcociteerde uit3 jaar geleden
    Su aspecto más interesante era su altura: era descomunalmente alto, y hay más: siempre andaba mal afeitado y —Dios me perdone— era feo, pero sin maldad
  • Mau Zambranociteerde uit3 jaar geleden
    A quien hoy me acompaña

    y sonríe conmigo.

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