Mantener las cosas en su versión más simple y rechazar el consumismo excesivo te aliviará a corto plazo, pero a la larga también tiene consecuencias. Y con la reducción de la necesidad de seguir comprando y consumiendo cosas y experiencias, llegarás a la conclusión de que no necesitas trabajar tanto, ni ganar tanto dinero. Te darás cuenta de que puedes trabajar menos; eso puede significar dedicarle menos horas, o cambiar a un trabajo que te haga feliz aunque te paguen menos.