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Tillie Olsen

Dime una adivinanza

  • Berenice Torresciteerde uit2 jaar geleden
    «Con el vinagre que me ha ido derramando encima toda su vida, bien marinada estoy. ¿Cómo puedo ser ahora miel?»
  • Berenice Torresciteerde uit2 jaar geleden
    Llevaban casados cuarenta y siete años. Nadie podía decir cuán profundas se hundían las tercas y retorcidas raíces de la disputa. Solo ahora, cuando las necesidades de los demás ya no los mantenían encadenados el uno al otro, las raíces se volvían visibles, para quebrar la tierra entre ellos y, en su desgarro, sacudir a los hijos, crecidos hace tiempo.
  • maricarmen telloliciteerde uit5 jaar geleden
    Al consagrar su vida literaria y personal a estos valores, Tillie Olsen se convirtió en una gran escritora de la experiencia de la maternidad.
  • Marcia Ramosciteerde uit5 maanden geleden
    El último día, la agonía no cesaba. Una y otra vez, la empujaba casi hasta sacarla de la cama, y tenían que forcejear con ella para que volviera a tumbarse. Él no pudo soportarlo, salió de la habitación y se echó a llorar como si no hubiera lágrimas suficientes
  • Marcia Ramosciteerde uit5 maanden geleden
    Cómo aquel mundo que habían vivido en su juventud —oscuro, ignorante y terrible en su odio y su enfermedad—, envuelto en corrupción, inmundicia, traición y decadencia, no los había llevado a desconfiar de los otros y de sí mismos? ¿Cómo habían vivido con una fe tan bella y tan… falsa?

    —Ay, hijos míos
  • Marcia Ramosciteerde uit5 maanden geleden
    Se volvió ligera, como un pájaro y, como a un pájaro, un gorjeo le brotó de la garganta mientras el cuerpo aleteaba en su agonía. Día y noche, despierta o dormida
  • Marcia Ramosciteerde uit5 maanden geleden
    pena tener un bebé solo por los diez días de descanso en el hospital.

    —¿Pero ahora a dónde? ¿A casa todavía no? —se lamentó—. ¿Dónde está mi casa?

    Él se levantó para acomodarle la espalda.

    —El médico, el hospital… —Empezó a explicarle, pero ella, con la destreza de una serpiente, se deslizó para salir de la cama hasta quedarse apoyada en la me‍
  • Marcia Ramosciteerde uit5 maanden geleden
    pena tener un bebé solo por los diez días de descanso en el hospital.

    —¿Pero ahora a dónde? ¿A casa todavía no? —se lamentó—. ¿Dónde está mi casa?

    Él se levantó para acomodarle la espalda.

    —El médico, el hospital… —Empezó a explicarle, pero ella, con la destreza de una serpiente, se deslizó para salir de la cama hasta quedarse apoyada en la me‍
  • Marcia Ramosciteerde uit5 maanden geleden
    Jeannie vino de visita y la sacó un rato a tomar el aire. Pasaron las franquicias valladas, las carpas y los toldos llenos de atracciones, y llegaron al final del muelle
  • Marcia Ramosciteerde uit5 maanden geleden
    Porque a ella le parecía que aquella casa, abarrotada y ruidosa, la estaba escuchando, la escuchaba solo a ella. Podía notarlo como si una enorme oreja le estuviera apretando el corazón.
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