El “mañana” simplemente no existía; sólo había un breve espacio de tiempo caliente y humoso: el hoy. Y de él se vivía, como se vive en tiempo de cosecha
Ana Saenzciteerde uit2 jaar geleden
Con Trotsky: era morir en batalla tras haber disparado la última bala; era morir con entusiasmo, sin sentir las heridas. Con Trotsky: era el sagrado sufrimiento de la lucha; palabras y gestos que recordaban las mejores páginas de la gran Revolución francesa.
b2525328620citeerde uit4 jaar geleden
“¿Quién se atrevería a asomar hoy a los labios frases tan cursis y anticuadas como esas de heroísmo, fraternidad de los pueblos, sacrificio admirable, morir luchando?”