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Bernardo Fernández

Gel azul

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  • Josué Osbourneciteerde uit10 maanden geleden
    “Cómo decirte —pensó él—, cómo platicarte, pobre niña rica. Cómo compartirte mis refugios, cómo darte un poco de alivio. Cómo espantar tus demonios cuando los míos tienen raíces tan profundas. Cómo contarte de todos esos viejos sitios que ya nadie visita, de esos lugares olvidados en el sueño eléctrico, de esas ruinas digitales donde no hay repuesta pero al menos estás lejos de toda esta mierda, donde por lo menos puedes sentir el silencio de tu propia tristeza, y pensar.”
  • Lulu Onixciteerde uit2 jaar geleden
    nanosegundos después reprime la idea: debe conformarse con la imagen de ese cuerpo. Ver pero jamás tocar.
  • Lulu Onixciteerde uit2 jaar geleden
    La única señal de vida proviene de la sala, bañada por la luminiscencia azulada de una máquina que emite un zumbido casi imperceptible.
  • Lulu Onixciteerde uit2 jaar geleden
    O conocía: lleva nueve años en la Red comunicándose con el mundo exterior únicamente por e-mail.
  • Lulu Onixciteerde uit2 jaar geleden
    Sintió un impulso eléctrico recorrer hasta la última ramificación de su nueva anatomía. Se abandonó al placer de la sinapsis.
  • salvador emmanuel cabrera rodriguezciteerde uit3 jaar geleden
    Orca

    soy una orca

    mi cuerpo hidrodinámico

    se desliza hacia adentro

    de este océano helado

    y mientras todo se oscurece

    (el gel llenando mis pulmones, la muerte lamiendo mis labios)

    nado hacia el fondo

    sabiendo que en algún lugar

    (al que me dirijo)

    los mares son más azules

    que éste

    y las cosas

    (necesariamente)

    son mejores para ti

    (que estás muerta)

    y para mí

    (que

    siempre

    lo

    estuve).
  • salvador emmanuel cabrera rodriguezciteerde uit3 jaar geleden
    En la calle encuentra un ejército de rostros grises, millones de miradas derrotadas clavadas en el suelo. Un viento frío que parece barrer las esperanzas.
  • salvador emmanuel cabrera rodriguezciteerde uit3 jaar geleden
    “Cómo decirte —pensó él—, cómo platicarte, pobre niña rica. Cómo compartirte mis refugios, cómo darte un poco de alivio. Cómo espantar tus demonios cuando los míos tienen raíces tan profundas. Cómo contarte de todos esos viejos sitios que ya nadie visita, de esos lugares olvidados en el sueño eléctrico, de esas ruinas digitales donde no hay repuesta pero al menos estás lejos de toda esta mierda, donde por lo menos puedes sentir el silencio de tu propia tristeza, y pensar.”
  • salvador emmanuel cabrera rodriguezciteerde uit3 jaar geleden
    Quizá dopándose sea la única manera de conducir en una ciudad desquiciada.
  • Mariana González Peñalozaciteerde uit3 jaar geleden
    Ella veintidós, él treinta y nueve
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