es
Boeken
ed.,John Miller

Cuentos de tatuajes

  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    las noches así lo inquietaban. Se había zambullido en esta fantástica existencia en el mundo marginal de la periferia de St. Louis para escapar del aburrimiento del mundo de la opulencia y coquetear con peligros para los que no había nacido
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    destino fue duro con la Hoschek, que se había enamorado de él perdidamente y, aun así, prefirió guardar las distancias. Para su desgracia, llegó a vivir con él un momento inolvidable, que iba a costarle caro, pues Anita los descubrió y se enteró de lo que pasaba. A partir de entonces, hizo todo lo que estaba en su mano para librarse de ella, incluso recurrió al chantaje…
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Los años siguientes se resumían en varias impresiones distintas, sin secuencias coherentes, una serie de imágenes vívidas, cinematográficas; muchos barcos, muchos puertos, muchas tierras
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Marcia no le da motivos para nada –replicó Helen–, lo sabes mejor que yo. Lo adora. Y él la intimida a muerte. Y lo de tus celos… bueno, no creo que sepas ni lo que significa esta palabra. Y por eso te quiero. Vamos, vete a buscar a Marcia –concluyó, tajante
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Saca a Marcia a bailar –le ordenó–. La pobrecita está allí sentada haciendo esfuerzos por sonreír y poner cara de pasárselo bien. Pero le tiene miedo a Jim, no para de pensar que va a aparecer de repente para regañarla o fulminarla con la mirada. Lo sé. Jim es tan celoso que la pobre
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Saca a Marcia a bailar –le ordenó–. La pobrecita está allí sentada haciendo esfuerzos por sonreír y poner cara de pasárselo bien. Pero le tiene miedo a Jim, no para de pensar que va a aparecer de repente para regañarla o fulminarla con la mirada. Lo sé. Jim es tan celoso que la p
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    –Saca a Marcia a bailar –le ordenó–. La pobrecita está allí sentada haciendo esfuerzos por sonreír y poner cara de pasárselo bien. Pero le tiene miedo a Jim, no para de pensar que va a aparecer de repente para regañarla o fulminarla con la mirada
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    No sé por qué. Siempre he procurado tratarlo con cordialidad… aunque solo sea por ti y por la pobre Marcia; y hasta donde me lo permite él, claro. Supongo que es por haber tenido el mal gusto de pedirme que me case contigo
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Aprecio a Marcia. Y la apreciaría más si no tuviera que sentir lástima por ella
  • Marcia Ramosciteerde uit2 jaar geleden
    Jim Ross había tenido un sueño. Un sueño maravilloso, en su opinión. Porque era un sueño de dinero. Se había casado con Marcia dos meses antes de la muerte del padre de ella, supuestamente riquísimo. El padre murió en la mayor insolvencia. Fue un golpe tan duro que a punto estuvo de partirle su puro corazón.
fb2epub
Sleep je bestanden hiernaartoe (maximaal 5 per keer)