Pía Barros

A Horcajadas

  • Grace Inostroza Valenzuelaciteerde uit3 jaar geleden
    egistro discursivo propiamente femenino, en que la personaje no es objeto erótico pasivo, sino activo;
  • Grace Inostroza Valenzuelaciteerde uit3 jaar geleden
    l discurso que configura estos cuentos deja entrever una clara relación erótica entre quien los escribe y el lenguaje que utiliza
  • Grace Inostroza Valenzuelaciteerde uit3 jaar geleden
    En A horcajadas hay una profunda subversión de nuestros códigos (morales, de lectura); se propone desfigurarlos con la práctica de una escritura que contraría la moral convencional y que persigue “inventar un discurso paradojal
  • Salma S. Laraciteerde uit4 jaar geleden
    Toda una vida se justificaría si se pudiera recordar un minuto del deseo, el instante en que el cuerpo, con su idioma de cuerpo, gritó su nombre, el segundo solemne en que se es dueño de la propia piel, porque el deseo la ha devuelto sin pecados ni castigos, la ha retornado de una vez y para siempre a nuestra propiedad, el segundo en que la piel nos pertenece para vivir y vivirla.
  • Salma S. Laraciteerde uit4 jaar geleden
    Cuando se espera al deseo es que aparece la melancolía.
  • Salma S. Laraciteerde uit4 jaar geleden
    Cuando el deseo no detona el deseo, algo se nos escurre del alma, algo nos deja inermes, desamparadas y pareciera que el deseo es vergüenza y opresión.
  • Salma S. Laraciteerde uit4 jaar geleden
    El deseo sería la confianza, la lealtad, el misterio, el anhelo de una amistad utópica y posible, más allá del deseo y de una misma.
  • Salma S. Laraciteerde uit4 jaar geleden
    El deseo es el ser al que le dimos el nombre de deseo, el que soñamos a escondidas para establecer la fortaleza inexpugnable de la intimidad, ese farallón donde los otros no entrarán, donde nada violará nuestro derecho al secreto.
  • Salma S. Laraciteerde uit4 jaar geleden
    deseo no es un monograma de la virtud. La virtud se aleja y uno olvida hasta el nombre y el concepto persiguiendo tan sólo el deseo. El deseo nos hace prefigurar, dar al objeto de ese deseo características, formas y obsesiones, palabras, gestos y también virtudes. El deseo es el placer de sentir deseo
  • Salma S. Laraciteerde uit4 jaar geleden
    Dejé que mi mano sorprendiera mis pezones, nombrase las caderas, descubriera mi pubis... y lo deseé con tal animalidad, con tal desamparo, que hasta llegué a tener una mirada sobre la piel y ya no fue mi mano la que me recorría sino la suya
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